Por Dr. Gustavo Tejas, MLU, EP
Alguien dijo que los días más importantes de nuestra vida son dos: el primero es el día en que nacemos y el Segundo es el día en que descubrimos el por qué estamos aquí. Al parecer hay dos lados: el lado de la abundancia y el otro con carencia de abundancia. Jesús supo escoger muy bien desde que lado desarrollaba su ministerio, por eso nos dijo que él había venido para que tengamos vida y que la tuviéramos en abundancia.
Hace algunos días conversaba con un amigo por las redes sociales que se acababa de graduar de médico en Colombia, él está en procesos de hacer su servicio rural, y ya está pensando en qué especialidad va a dedicar el resto de su carrera profesional. Me dijo que le gustaba la oncología, cosa que me llamó la atención porque es una de las especialidades que mayor compasión requiere por parte de los profesionales de la salud. Le comenté que sería fabuloso si él pudiera completar su especialidad en los Estados Unidos. Él me dijo que le encantaría, pero que no tiene recursos para ello. En ese momento me di cuenta de que, aunque él le gustaba esa posibilidad, en su mente y en su corazón todavía no lo había aceptado. Le dije siéntete disfrutando de esa posibilidad, sólo siente que es posible y el universo se va a encargar de traerte los recursos y las personas necesarias para que ello se haga una realidad.
A veces creemos que la abundancia llega a nosotros de casualidad. A veces creemos que la prosperidad es como encontrar una aguja en un pajar, es como si el burro tocara la flauta como dice la antigua fábula. Por cierto, nunca nadie le preguntó al burro de esa fábula cuantas noches y cuantos días él había imaginado que podía soplar y obtener música de una flauta. La abundancia es una de las dos caras de la moneda, y cada uno de nosotros escoge en qué lado de la moneda decide vivir.
La abundancia es una cualidad de la vida, todo el que haya nacido tiene derecho a esa cualidad, siempre y cuando se de cuenta qué ha nacido. El universo siempre demuestra su abundancia a través de la naturaleza. Cada uno de nosotros alguna vez ha visto árboles con raíces sólidas crecer en medio de una acera de concreto quebrantada. Cada uno de nosotros ha visto retoñar un árbol en medio de un tronco que ya parecía muerto. De qué lado de la abundancia vas a vivir depende de la aceptación de esa posibilidad en tu corazón, acepta tu derecho a la abundancia, así como los lirios del campo aceptan su estado natural de vida sin preocuparse de ello como nos lo dijo el maestro Jesús.
Hay dos cosas que pueden estarnos privando de la abundancia: la primera es que estemos buscando en el lugar equivocado y la segunda es que no estemos usando las leyes espirituales de la prosperidad.
Me recuerdo en este momento a la anciana que se encontraba en la calle debajo de una farola de luz en medio de la noche buscando una aguja. Un policía que hacía su ronda se le acerca y le pregunta que qué buscaba, y la anciana le respondió que estaba buscando una aguja. Entonces el policía le dijo que por favor le indicara en qué lugar se le había caído para ir ayudarla a buscarla. La anciana entonces le dijo que había perdido la aguja dentro de su casa, pero que la estaba buscando debajo de la farola porque en su casa no tenía luz. Eso mismo puede pasar con nosotros. Muchas veces estábamos buscando la abundancia en el lugar equivocado y de la forma equivocada. Muchas veces hemos depositado el derecho de abundancia a través de otros.
La verdadera búsqueda que nos lleva a la abundancia es la búsqueda en nuestra conciencia, buscar mayor conciencia de Dios. La abundancia es una ley y por lo tanto es natural, es inmutable, siempre está presente, y nadie se escapa de ella si logra entrar en sintonía. Si la abundancia es natural, entonces ya se te ha sido otorgada desde el propio momento de tu nacimiento, es algo que va integrado como posibilidad o como potencial en nuestra conciencia. Quizás por eso el maestro Jesús nos decía sólo pedí que ya se te ha sido dado.
La abundancia es también inmutable y siempre está presente. A veces experimentamos procesos de escasez y creemos que la abundancia se ha ido, la abundancia sigue estando allí sobre todo como una idea, como algo posible en la mente Dios. Somos nosotros lo que no hemos establecido sintonía con la abundancia durante esos periodos de crisis.
Los estudiantes de Unity la primera vez que leímos o escuchamos a nuestro fundador decir que ser pobre era un pecado quizás experimentamos resistencia. Luego que descubrimos que pecado significa no estar consciente de las leyes universales, nos dimos cuenta que cuando no usamos las leyes, que cuando no practicamos por ejemplo la ley de circulación, la ley de dar y recibir, la ley de causa y efecto, dejamos un vacío que el universo lo llena con falta de abundancia.
La abundancia la hemos asociado al dinero. Y están muy relacionados. Nada hay de malo en tener dinero. El dinero puede facilitar oportunidades, es un medio de intercambio, es un signo de tu apertura al flujo de energía. El dinero es extensión nuestra. Como lo ganas y como lo usas demuestra tu comprensión de la abundancia.
A veces los padres se preocupan en que dejarles a sus hijos de herencia. Déjale un corazón abierto a la prosperidad, siembra en ellos una conciencia de abundancia acorde con el uso de las leyes universales. Nunca eduques a tus hijos en una conciencia de carencia y de acaparamiento. Los que dan conocen a Dios. No se puede conocer a Dios por fuera de la ley de circulación. Dios es energía que circula y prospera en su circulación.
Te invito a que establezcas un compromiso en tu entrega. Entra en el círculo de circulación de la abundancia, entra en sintonía con abundancia, y verás como la vida te cubre de colores como los lirios del campo, y la abundancia te llueve. Sale hoy a circular energía y usa el dinero como símbolo de esa circulación. Reúne varios billetes de un peso o un dólar según la moneda de tu país, colócale con una presilla una pequeña tarjetica que diga: “gracias por recibir esta energía y este dinero, gracias por permitirme circular y prosperar”. Ve a los malls o los mercados y déjalos allí y márchate, no esperes ver quien los recibe. Entrégaselos al universo y luego observa en los siguientes días como vienen bendiciones inesperadas a tu vida, y por favor compártelas como comentario en nuestras redes sociales para que otros se inspiren con tu experiencia.
Dios los bendice en Amor y en Gracia.