Dame una idea y cambiare mi mundo
Dios dijo: “Que las aguas se llenen de enjambres de criaturas vivas, y que las aves vuelen sobre la tierra en la extensión abierta del cielo. Dios creó las grandes criaturas marinas, y todo ser viviente que se mueve, con las que pululan las aguas, según su especie, y toda ave alada según su especie. Dios vio que era bueno. Dios los bendijo, diciendo: “Sed fecundos y multiplicaos, y llenad las aguas de los mares, y que las aves se multipliquen en la tierra”. Se hizo la tarde y la mañana de un quinto día.
Y de esta forma se hizo la voluntad del universo y la manifestación de la palabra para que el hombre llegara a usar y tener dominio de las ideas. Ya casi al completar la creación, Dios comprendió que para que el hombre pudiera desarrollar su capacidad de creador, tenía que ser proveídos de ideas, y así la mente quedo poblada de ellas. Algún maestro metafísico dijo alguna vez que la mayor conquista posible del hombre era la conquista del mundo de las ideas.
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Volvemos a conversar sobre el concepto y simbolismo de las aguas. Recodemos que las aguas representan la mente, el conglomerado no diferenciado de pensamientos, la sustancia no formada de la vida como nos dice Fillmore, o el protoplasma etérico como nos dice Collins Douglas.
Ya seguramente has escuchado decir que los pensamientos son cosas, esto es un sentido figurado porque hasta ahora nadie ha podido tocarlos o pesarlos. Los pensamientos contienen las formas del mundo que conocen nuestros sentidos. Todo lo que es, lo que fue y lo que ha de ser, está contenido en un pensamiento. De los pensamientos surgen las cosas como del agua surgieron las ideas que dan vida al universo como lo observamos hoy.
Con las ideas, llegaron los pensamientos. Dios es mente y el hombre piensa. Con los pensamientos llegaron las formas y creamos receptores para diferenciar las formas y sus características. Las sensaciones que estimulan los sentidos aparecieron para ejercer nuestra capacidad de discriminación y así hacer juicio en un mundo tridimensional. Nuestro cerebro se inventa una historia con cada estimulo diferente que percibe a través de los sentidos. Lo mas interesante es que la historia de cada uno es diferente, aun cuando el estímulo es el mismo. ¿Cuántos sentidos usa el cerebro para escribir nuestra historia? Eso es algo que está todavía en desarrollo por la ciencia. Hablamos de los cinco sentidos tradicionales, pero ya se han demostrado muchos más. El sentido del equilibrio nos permite mantener un balance del cuerpo aun cuando los ojos los tenemos cerrados. El sentido del tiempo, del dolor, de la temperatura exterior, y así muchos más, hasta incluso un sentido del que los místicos han hablado siempre y que la ciencia lo prueba: el sentido electromagnético. Este sentido nos hace consciente de la energía vibracional de los lugares y de las personas con quienes interactuamos.
La trinidad metafísica del proceso creativo tiene en primer lugar a Dios como Mente, luego las ideas que al ser captadas se convierten en pensamientos. Del pensamiento al mundo formado está la voluntad. Cuando la voluntad se apropia de la palabra, basta decir que se manifieste esto o aquello y así será. A través de la palabra, fueron los pensamientos e ideas convertidos en formas. Ese dominio lo ejerció Jesús. El decretaba y se manifestaba, decía “toma tu lecho y anda” y los paralíticos salían caminando. Se escribe claramente en este primer capítulo del Génesis que «Dios dijo». Jesús nos dijo que sus palabras eran tan poderosas que si las dejábamos permanecer en nosotros podíamos pedir lo que quisiéramos y se nos daría. Ese es el mismo poder que nos narra el Genesis.
Las ideas tienen vida propia, tienen vida en la mente. Las ideas existen, tienen identidad. Las ideas se multiplican al ser compartidas y dan lugar a otra cantidad infinita de ideas de la misma especie. La idea no se agota cuando queda manifestada. Las mismas ideas que procesó Jesús siguen teniendo vida y abundancia contenida. Esas ideas que manifestó Jesús siempre seguirán disponibles para nosotros.
Los pensamientos y las ideas son diferentes. No necesariamente tiene que ser así, pero es de este modo que hemos ejercido nuestro poder creador. Es por ello por lo que muchas veces damos forma a cosas o a dramas, mientras que otras veces, nos desempeñamos como verdaderos cocreadores. Cuando nuestros pensamientos se elevan a la altura de las ideas divinas, es cuando más sabiduría estamos adquiriendo. No solamente podemos y tenemos que procesar pensamientos que se arrastren por la tierra, también podemos y tenemos el poder de recibir ideas iluminadas. Esas ideas elevadas están representadas por las aves que vuelan el cielo como nos dice este capítulo del Genesis. Esta diferencia entre ideas y pensamientos no se nos ensena en las escuelas, allí idea y pensamiento es lo mismo.
En Unity enseñamos que todo pensamiento tiene un núcleo y son el resultado de una actividad mental. La forma es simplemente la conclusión del pensamiento. Ellos están supeditados a la capacidad de cada uno para discernir. Los pensamientos pueden a través de la palabra ser acelerados o adormecidos. El «si» y el «no» tienen el control de los pensamientos y de nuestras observaciones. Cuando rumiamos el mismo pensamiento, lo que estamos diciendo es «si» a ese pensamiento. En la página de la Verdad Unity leemos: «Los pensamientos de un tipo se atraen unos a otros, se forman en la conciencia, se agrupan en el cuerpo y construyen órganos a través de los cuales se manifiestan. Por ejemplo, el amor se manifiesta a través del corazón».
Nuestro cuerpo es el mural cuántico mas cercano que tenemos. Nuestros órganos son manifestaciones de los pensamientos que masticamos y digerimos. Muchos maestros han creado modelos de sanación a través de la identificación de los pensamientos y de las emociones que han encontrado casa en determinados órganos y los han enfermado.
Las ideas siempre guardaran su naturaleza, si virginidad, su pureza. Los pensamientos serán contaminados con nuestras experiencias y nuestras creencias. Dice un dicho popular que vale más un ave en mano que cien volando. Error total. Si el mundo de formas que estás creando no te trae todos los atributos del reino, entonces suelta el pájaro que te mantiene ocupado y busca otra idea elevada, otra ave libre y pura. De la calidad de pensamientos que sostengamos en nuestra mente, será la calidad de nuestra observación. Este enjambre cuántico poblado de ideas divinas responde a nuestra observación.
Cerremos este momento orando: Entro en silencio a mi lugar sagrado de conciencia, al sitio donde mi alma y el Yo Soy en mi es lo mismo. Siento la calma de este instante, siento la fe que es alimentada por la sabiduría que traen mis pensamientos. Me deshago de pensamientos morosos, vagos, inútiles, hostiles, limitados, mientras que mantengo mi corazón abierto para recibir de cualquier forma ideas de bien y de abundancia. No estoy apegado a ninguna idea, a ninguna creencia. Veo con ojos nuevos una nueva tierra y un nuevo cielo. Mi palabra es de alta vibración y mi juicio es recto.
Gracias Dios.