Todos queremos ser libres, aunque a veces ni sabemos qué es la libertad. Una historia popular narra lo ocurrido a un hombre que se encontraba en prisión. Cada día y durante muchos años el carcelero lo visitaba, le dejaba la comida y se iba. El preso después de comer se recostaba a descansar. Esta fue la rutina durante todo ese tiempo, hasta que un día el hombre comenzó a imaginar cómo sería estar libre nuevamente, y así empezó en su mente a crear un plan para escapar. Un buen día coma después que el carcelero le dejó su comida y se fue, el prisionero se acercó a la cerradura de la puerta de la prisión, y para su sorpresa descubrió que está estaba rota y oxidada coma que no había llave alguna en ella. Con mucho asombro abrió la puerta de la prisión y caminó calladamente por un pasillo hasta llegar a la calle sin que nadie lo detuviera. Por más de 20 años este prisionero pensó que su celda tenía un candado, cuando en realidad jamás ese candado había funcionado. Él nunca intentó escaparse antes porque en su conciencia se sentía prisionero.
Mi nombre es Gustavo y a nombre de Unity Visión en Ciencia y Fe te doy la bienvenida a este momento de ciencia y fe. Somos un Ministerio que promueve una espiritualidad científica basada en el auto descubrimiento de las leyes universales. Hoy estaremos celebrando el día de la independencia de los Estados Unidos con el tema de la libertad.
Hay muchos conceptos de libertad, y cada uno de nosotros tiene el suyo propio. Para los que viven en prisiones, la libertad tiene sobre todo una significación física, de espacio, de autonomía para poder ir donde quiere. Pero la libertad es algo más profundo, es un estado mental donde la persona encuentra estado satisfactorio en correspondencia a sus propios pensamientos y emociones, sin depender de nada externo.
Todos los seres nacemos libres por naturaleza, aun los bebés de madres que paren estando prisioneras. Somos libres poder derecho y por efecto de pensamiento. Nuestra mente está limpia de ataduras al momento de nacer. Después con el tiempo, la raza se encarga de crearnos verjas y barreras, las que a su vez despiertan las verjas y barreras que dejaron en nuestros genes nuestros ancestros, y ya con el pasar del tiempo no nos sentimos tan libres como cuando nacimos.
La inteligiblia, o el proceso de culturización, van dejando una mente contaminada por creencias, muchas de ellas sin haber sido comprobadas, y así aparecen las fobias, los miedos, que inconscientemente comienzan a encerrar nuestra mente y hacernos prisioneros. Nuestras barreras mentales pueden ser las leyes creadas por los hombres, las religiones, los partidos políticos, etc. Y a la vez, muchas de las vallas construidas por ellos son a la vez vigilantes de nuestra libertad. Tampoco se trata de un libertinaje. Nos movemos e interactuamos como células dentro del organismo que llamamos humanidad, y por lo tanto debemos guardar reglas de convivencia para salvar la libertad de cada ser.
Dicen en la ceremonia del matrimonio religioso, que lo que Dios ha hecho, no lo separe el hombre. Y Dios o el universo, como queramos llamarlo nos ha creado como puro espíritu, y nada externo puede aprisionar el espíritu. Vivimos en unidad indestructible con el todo, y no hay formas de segmentar el todo para privarlo de libertad.
Una pequeña parte de nuestro ser ha querido identificarse con el mundo físico, pero no somos de este mundo. Ese pequeño ser puede a veces sentirse preso de un cuerpo, pero trascendemos varias dimensiones de conciencia, otras dimensiones donde el cuerpo no tiene lugar, al menos como lo conocemos.
Somos seres condicionados, intuitivamente incondicionados, pero socialmente condicionados. La sociedad se ha metido en nuestro sistema nervioso de conducción y de pensamiento y ha dibujado rutas de pensar y de comportamiento que repetimos momento a momento sin juzgar. Sin darnos cuenta estamos presos entre esas rutas. Una de las oraciones mas hermosas del testamento hebreo es la oración de Jabes que dice: ¡Oh si me dieras la bendiciones, y ensancharas mi territorio, y ti tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal para que no me dañe! Metafísicamente, ensanchar el territorio significa ampliar la conciencia, la capacidad para desarrollar un nuevo entendimiento. De eso se trata también la libertad. Podemos físicamente estar libres y sin embargo seguir presos de las mismas rutas de pensamientos y creencias.
Muchos esclavos siguieron a los pies de sus antiguos amos, luego que fueron liberados, y eso era porque no sabían otra forma de pensar y de vivir. También lo vemos acá en Estado Unidos donde muchos llegamos atraídos por el slogan de “tierra de libertad”, y sin embargo a pesar de tener todas las oportunidades para usar esa libertad en nuestro beneficio, seguimos presos de las viejas formas de juzgar. Llegan las épocas de elecciones y a los que piensan diferentes a nosotros los consideramos deplorables o equivocados. Los juicios son los grilletes mentales más difíciles de romper.
Necesitamos recobrar la libertad para darle curso a la intuición, para poder desarrollar nuestros talentos, nuestra espontaneidad, nuestro derecho a escoger y darle a otros el mismo derecho, para ser autónomos por el amor. Ser libres para borrar la culpa depositada en nuestro equipaje por nosotros o los que estuvieron antes, borrar la culpa y ser libres para vivir la felicidad, el goce. De eso se trata la vida, de disfrutar y sentir alegría también por el gozo de todos.
Celebra este 4 de Julio con toda la libertad de tu alma, piensa realmente cuán libre eres y cuán libre puedes ser. Dios te bendice todo el tiempo en amor y en gracia.